Desde las últimas elecciones internas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) quedó evidenciado un divorcio interno.
Este divorcio que devora moral, borra ideología, y hace perder la razón, no es más que el producto del choque de las dos grandes fuerzas internas de éste partido.
El producto final del pasado torneo electoral fue casi una desgracia interna, que como dicen algunos políticos irresponsables tarde o temprano debía ocurrir. Nos hemos olvidado de que las elecciones internas son peledeistas contra peledeistas y que después de las disputas, de que haya un vencedor, existe algo más importante que dos simples seres humanos jugando a quien tenga mas poder, es el legado que nos dejó el Profesor Juan Bosch el PLD.
La sed de poder nos esta disecando, nos corrompe por dentro y aunque queramos evitarlo nos empieza a arrugar por fuera.
Dicen que “los niños hacen o ponen en práctica lo que sus padres les enseñan” si esto se cumple entonces podemos empezar a decir que el PLD quedará sepultado por la envidia, el rencor, la inconformidad, la intolerancia, las burlas y el olvido de los que hoy se consideran clase a parte que pretenden que los jóvenes recemos ese mismo rosario.
De nada sirve el hacer mención del Profesor Juan Bosch por todos lados si no hacemos honor a sus ideas, sus acciones que por tanto tiempo sembró en los miembros del partido.
La estabilidad del partido está por encima de uno o varios grupos, de una o varias personas.
Vamos a dejar las armas de intolerancia quitémonos el chaleco antipeledeista y dediquémonos a sembrar unidad, para poder seguir cosechando victorias, para que el partido PLD siga siendo la casa de todos.
No existe problema alguno que no tenga solución ni adversidad que no se pueda superar, si existe la voluntad política para lograr tales fines.
El grupismo no gana elecciones, lo hacen los partidos que creen en su gente y que trabajan en conjunto, unidos.
Compañeros, la campaña interna ya pasó y aunque casi inicia nuevamente debemos pensar adulta e inteligentemente más allá de dos nombres, de dos grupos, debemos pensar en el partido, aquel que nos dejó Profesor Juan Bosch.
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