Daniel, mercedes y crusito paulino luperon.
13 Diciembre 2008, 8:21 PM
Escrito por: SANTIAGO GONZALEZ
El Nacional
Escrito por: SANTIAGO GONZALEZ
El Nacional
LA ISABELA, Puerto Plata.- Tres personas que aseguran son biznietas del héroe restaurador general Gregorio Luperón pidieron al Gobierno intervenir para recuperar los bienes de su pariente, ya que viven en precariedades económicas.
Aunque no precisaron en qué consisten esos bienes, Daniel, Crucito y Mercedes Paulino Luperón afirman que son hijos de Cándida Luperón, nieta del ex presidente Gregorio Luperón.
Explicaron que su madre murió hace 8 meses, a los 93 años, en la comunidad rural La Iamdra, y que a su muerte fue retirada una ayuda de 5 mil pesos mensuales que le daba la Lotería Nacional.
Pidieron a cualquier autoridad gubernamental acudir en su ayuda.
Explicaron que han viajado reiteradamente a Puerto Plata, pero que los abogados que los representaron ante los tribunales siempre dejan caer el caso.
“Era muy callada y solía decirnos que a su abuelo lo llegó a ver muchas veces ya cuando estaba retirado de todo”, comenta Crucito en referencia a su madre, de la que reiteró era nieta del combatiente restaurador.
A pesar de insistir en sus reclamos, los familiares de Luperón no precisaron en qué consisten los bienes que reclaman.
Mercedes subraya que Cándida nunca buscó ningún beneficio, lo que buscaba era que se le reconociera como nieta y le asignaran lo que era de su abuelo en Puerto Plata para poder vivir mejor, comprar medicinas y atender a Daniel, quien es otro hermano que padece de problemas mentales.
“Mi madre era nieta de Gregorio Luperón, y nunca buscó ningún beneficio, era una mujer honrada, callada, tímida, tanto, que le daba vergüenza reclamar la herencia que dejó mi bisabuelo”, dijo.
“Nosotros lo que queremos es que se nos reconozcan como biznietos de ese patriota dominicano que dio su vida por el país. Tenemos conocimiento que el dejó varios inmuebles en Puerto Plata y lo estamos pidiendo porque lo necesitamos, estamos inmersos en la miseria, y no es justo que otros se estén beneficiando y nosotros no”, aclara Daniel, de 78 años, quien ha vivido siempre de la agricultura
El general Gregorio Luperón nació el 8 de septiembre de 1839 en Puerto Plata. Hijo de Nicolasa Luperón y Pedro Castellanos, Gregorio Luperón y murió en 1897.
Participó de forma determinante en el movimiento para restaurar la independencia de la República y ocupó la presidencia de un gobierno provisional entre 1879 y 1880.
De orígenes humildes, tuvo que trabajar desde niño para colaborar en la economía familiar.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra.
En 1878 se estableció un gobierno provisional presidido por Luperón, con sede en Puerto Plata, del que se cuenta que en sus 14 meses fue de paz, libertad y progreso para el país y produjo unas elecciones limpias en 1880, en las que resultó electo presidente el sacerdote Fernando Arturo de Meriño, respaldado por Luperón.
En su honor, desde el 21 de noviembre de 1927, el antiguo municipio de Blanco lleva por nombre Luperón.
En Puerto Plata hay una casa, donde funciona el Museo de Gregorio Luperón y que fue donde vivió los últimos años de su vida el héroe de la Restauración.
Aunque no precisaron en qué consisten esos bienes, Daniel, Crucito y Mercedes Paulino Luperón afirman que son hijos de Cándida Luperón, nieta del ex presidente Gregorio Luperón.
Explicaron que su madre murió hace 8 meses, a los 93 años, en la comunidad rural La Iamdra, y que a su muerte fue retirada una ayuda de 5 mil pesos mensuales que le daba la Lotería Nacional.
Pidieron a cualquier autoridad gubernamental acudir en su ayuda.
Explicaron que han viajado reiteradamente a Puerto Plata, pero que los abogados que los representaron ante los tribunales siempre dejan caer el caso.
“Era muy callada y solía decirnos que a su abuelo lo llegó a ver muchas veces ya cuando estaba retirado de todo”, comenta Crucito en referencia a su madre, de la que reiteró era nieta del combatiente restaurador.
A pesar de insistir en sus reclamos, los familiares de Luperón no precisaron en qué consisten los bienes que reclaman.
Mercedes subraya que Cándida nunca buscó ningún beneficio, lo que buscaba era que se le reconociera como nieta y le asignaran lo que era de su abuelo en Puerto Plata para poder vivir mejor, comprar medicinas y atender a Daniel, quien es otro hermano que padece de problemas mentales.
“Mi madre era nieta de Gregorio Luperón, y nunca buscó ningún beneficio, era una mujer honrada, callada, tímida, tanto, que le daba vergüenza reclamar la herencia que dejó mi bisabuelo”, dijo.
“Nosotros lo que queremos es que se nos reconozcan como biznietos de ese patriota dominicano que dio su vida por el país. Tenemos conocimiento que el dejó varios inmuebles en Puerto Plata y lo estamos pidiendo porque lo necesitamos, estamos inmersos en la miseria, y no es justo que otros se estén beneficiando y nosotros no”, aclara Daniel, de 78 años, quien ha vivido siempre de la agricultura
El general Gregorio Luperón nació el 8 de septiembre de 1839 en Puerto Plata. Hijo de Nicolasa Luperón y Pedro Castellanos, Gregorio Luperón y murió en 1897.
Participó de forma determinante en el movimiento para restaurar la independencia de la República y ocupó la presidencia de un gobierno provisional entre 1879 y 1880.
De orígenes humildes, tuvo que trabajar desde niño para colaborar en la economía familiar.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra.
En 1878 se estableció un gobierno provisional presidido por Luperón, con sede en Puerto Plata, del que se cuenta que en sus 14 meses fue de paz, libertad y progreso para el país y produjo unas elecciones limpias en 1880, en las que resultó electo presidente el sacerdote Fernando Arturo de Meriño, respaldado por Luperón.
En su honor, desde el 21 de noviembre de 1927, el antiguo municipio de Blanco lleva por nombre Luperón.
En Puerto Plata hay una casa, donde funciona el Museo de Gregorio Luperón y que fue donde vivió los últimos años de su vida el héroe de la Restauración.
Comentarios