Educación e igualdad
Una solución a la violencia
en República Dominicana.
Por Carlos Paulino
La violencia se presenta como un problema
interminable en los países tercermundistas. Aquellos llamados a orquestar
planes para el control y solución de la misma hacen esfuerzos sin lograr nada. A
nuestro modo de ver las cosas quien no posee una cultura de paz no puede
logarla. Existe violencia de mucha
índole e interminables factores que la provocan, pero en este caso trataremos la
desigualdad entre hombre y mujer en República Dominicana como factor principal.
Las autoridades judiciales y cuerpos
relacionados con el orden, hacen un esfuerzo por complacer a la sociedad con decisiones
momentáneas que contribuyen a la creación de un círculo interminable de
violencia. Los hechos suelen concluir con la condena del victimario que también
ha sido víctima[1],
cundo éstos deben ser el camino a la solución de una cultura de violencia que
se enrumba a los 521 años[2].
En un país donde el 40% de los hogares
está encabezado por mujeres[3] la única explicación a las constantes
denuncias y maltratos que recibe éste ser, es que también ellas comparten la
idea descabellante del machismo.
Quizás de forma inconsciente han contribuido y continúan contribuyendo a la
educación que hoy está atentando con la estabilidad de su existencia. ¿Es a
caso la mujer culpable de esto? Ni la mujer, ni aquellos que se han visto de
una forma u otra perjudicados por los resultados desastrosos que deja la
cultura de violencia deben considerarse culpables, sino a la negligencia, por
parte de las autoridades competentes, en la búsqueda de soluciones que den con
el fin de esta odisea que sume en el luto de la preocupación al pueblo
dominicano.
Desde el año 1940 en la República
Dominicana se han promulgado diversas leyes con mira a evitar la violencia contra
la mujer e intrafamiliar y otorgarles el valor social merecido como ser igual
al hombre, como es el caso de la Ley 390 de 1940
la cual otorga a la mujer soltera mayor de edad, y a la
casada, capacidad para contratar y constituirse en tutora. Así como la Ley 985
de 1945 que establece modalidades diferentes para el reconocimiento voluntario
o involuntario por parte del padre de los hijos nacidos fuera del hogar. La Ley
855 de 1978 que iguala a padres y madres frente a la
dirección familiar. Y Ley 24-97 que favorece al género femenino, hombres, niños
y niñas. Actúa en contra de la violencia intrafamiliar. ¿Si existen las leyes
que le otorgan valor social a la mujer e igualdad de derechos y buscan evitar
la violencia en los hogares dominicanos desde 1940 por qué se han agudizados en
estos días las vejaciones contra ella? Simple, los proyectos educativos están
lejos de asumir e incluir con responsabilidad en la estructura del sistema
educativo una educación en igualdad de derechos.
Si bien es cierto que la tasa de actividad de las mujeres pasó de
40.8% en el 2000, a 44.0% en el 2011 no es menos cierto que la tasa de
desempleo más alta del país la tiene este género con un 23.2% contra 9.8% de
los hombres[4]. Queda evidenciado el
nivel de desigualdad entre hombre y mujer lo que hasta cierto punto fomenta la
idea de superioridad masculina. Cada año en éste país caribeño se registran 198
casos de feminicidios, incrementándose en un 57%, solo a nivel de parejas[5].
Toda
discusión en cuanto al tema debe girar en torno a la implementación de un
sistema educativo de igualdad sin dejar de lado la protección que desee
brindarse a la mujer; la creación de nuevas leyes o refugios son medidas
desesperadas creadas para satisfacer a la población en momentos de difíciles de
contener por parte de las autoridades. Existe una debilidad educativa que sobre
pasa las soluciones a corto plazo que se han planteado hasta ahora. Las leyes
no sirven de nada si no han de ser cumplidas, la educación sin el objetivo de
formar el ser en valores es el simple acto de adquisición y acumulación de
conocimientos que hemos tenido por años. La educación de los ciudadanos debe ir
dirigida a la solución de los problemas sociales no al agravio de ellos, es por
eso que cada día la voluntad del logro de un país educado debe perseguir la
igual, verse como seres humanos que comparten un mismo universo en igualdad de
derechos y no como género o sexo[6]
términos que por años viene revestidos de desigualdad.
Promover educación e igualdad demanda una ruptura con
las fuerzas poderosas que la promueven a través de la radio y televisión sin
pudor ni remordimiento y que su único logro ha sido beneficiarse. La aprobación
del pacto por la educación representa un logro significativo desde el ámbito
político social ya que en él se concibe la educación que demandamos la
preocupación radica en la práctica, aplicación de las teorías ya que los
llamados a la aplicación de la teoría son los mismos que por años han conducido
la estructura educativa sin resultados en cuando al tema tratado.
Las palabras
igualdad y educación concentran los mayores valores éticos y morales de los
pueblos, los que a su vez han sido uno de los más marchitados en toda la
historia de la humanidad. La sociedad
dominicana exige un cambio en la visión educativa familiar e institucional. El
valor humano debe primar ante el valor del conocimiento (entendido como método
para lograr bienes materiales obviando los valores humanos) en la lucha por
forjar una sociedad justa que mire soluciones en el diálogo y dirima sus
problemas por medio de la razón.
Bibliografía
Ministerio de la Mujer. "Mujer
Dominicana en Cifras 2000-2012". Santo Domingo: 2012.
[1] Esto si lo vemos
desde la óptica de la precaria educación y la desvalorarización social que
implica la violencia.
[2] La violencia en
República Dominicana viene desde el descubrimiento 12 de octubre de 1492. Esto
no viene a significar excusa alguna, es una referencia a lo antiguo de esta
práctica en el país.
[3] Según El Ministerio
de la Mujer de la República Dominicana en un estudio titulado "Mujer Dominicana en Cifras
2000-2012"
[4] El Ministerio de la
Mujer explica que en el 2012 las mujeres han sido beneficiadas de alguna forma
con más empleos y puestos de cargos notables en la sociedad. estudio titulado "Mujer Dominicana en Cifras
2000-2012".
[5] En los últimos siete
años se han registrado 1,449 feminicidios en R.D. según "Mujer Dominicana en Cifras
2000-2012".
[6] No se trata desconocer
las diferencias genéticas del hombre y de la mujer, sino de ver más allá de
estas a dos seres creados con igualdad.
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