Cadáver
de Pensamiento Estrangulado.
Por: Carlos v. Paulino
No
pretendo elaborar un diagnóstico económico de la crisis, menos explicar cómo
arrancó la crisis, ha de dejar a los teóricos que desestiman la posibilidad de
redención este trabajo. Mi tarea es romper la prisión de un pensamiento en
ruinas y superar el sentido de las expectativas negativas ante el proceso. Puede
que traiga consigo algunas contradicciones de las que culparé a mi parte
humana.
La
palabra “Crisis” en estos días se ha convertido en sinónimo de peligro y hasta,
podría decirse, en pecado ante los oídos de algunos ciudadanos Españoles. El monstruo invisible de mil tentáculos. Las
innumerables juntas, cumbres y diálogos nacionales y mundiales para buscar una
salida dejan un amargo sabor a cadáver de pensamiento estrangulado, a
propuestas y posibles soluciones que no llegan a madurar. ¿Existe peligro en
pensar la crisis? que rueden cabezas, reputaciones y un sistema quebrado.
El pensamiento, veámoslo de esta forma -fenómeno
de la psicología que nos ayuda a dilucidar una solución a un asunto
determinado- Pensar implica organizar, superar y accionar. La experiencia de
pensar nos transpola a soluciones reales. Cuando el pensamiento esta fomentado
sobre una base de meros conceptos vacios, tratados sin fundamentos, y carente
de una visión lógica entonces nos encontramos ante una evidente “Crisis
del Pensamiento”.
El cuerpo debe estar
aferrado al buen pensamiento para asegurar la conducción, la perfecta armonía.
Sabogal al citar a Marx, al respecto decía -hay algo en que el peor maestro de
obras aventaja a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar la
construcción, la proyecta en su cerebro- Para que existan
soluciones deben existir mentes capaces de proyectarla y cuerpos dispuestos a
ejecutarla.
¿Qué tan difícil es superar los embates de
un sistema quebrado? Tanto como reconocer, dar vuelta la página o renunciar a
las dramáticas desigualdades. Para Albarracín estamos ante una crisis mundial
que trasciende y es también consecuencia del modelo civilizatorio dominante.
Desde el análisis económico no es ningún accidente pasajero ni es exactamente
comparable a otra crisis anterior. No se trata sólo de una crisis de liquidez,
de confianza, ni un estrangulamiento coyuntural. Nos encontramos ante el fin de
una onda larga en la que se están dirimiendo las condiciones para profundizar
la crisis, inaugurar la remontada, o disputar el cambio del modelo
socioeconómico.
El
pensamiento político ha entrado en estado de coma, arrastrando las arcas del
país al despeñadero de cajas vacías, sus neuronas han entrado en pánico quedando
atrapados en la abstracción de una
situación ideal que no responde a la realidad del momento. Entender a Albert
Einstein cuando dice -En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante
que el conocimiento- muestra los caminos para abolir la pereza -no la que
profesa Bécquer- y adquirir un estado crítico que rompa la barrera de lo
inaccesable.
Un sistema en decadencia implica la
desvaloración del ser. El sujeto como segundo plano, subyugado a la idea férrea
de producción desmedida pasando desapercibido la medida exacta del lugar donde
se produce. El trabajo tiene como objetivo llenar arcas, hacer fortunas, esto
es acumulación de bienes. Si lo vemos de manera simple “Mayor Riqueza = Mayor Pobreza” mientras más crece el capital de
algunos mayor será el índice de pobreza de otros. Ya les he dicho, si cometo contradicción
alguna culpéis mi parte humana.
Quiero regresar a la cuestión del
pensamiento, especialmente a la parte de lo que considero estructura clave de
la crisis del mismo, para esto les sugiero apartarse de las Becquerdades. Hace
años que los delicados de pensamiento dominaron escuelas y colegios, influenciando
de forma directa el pensamiento de las nuevas generaciones. La razón
es que como ellos donde quiera que están traen el infierno consigo y no
pueden recibir género de alivio alguno en sus tormentos, y el buen olor sea
cosa que deleita y contenta, no es posible que ellos huelan cosa buena. (Miguel
de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Cap. XLVII) La catarsis del pensamiento
guía a desbloquear niveles exuberantes de ideas que darán lugar a soluciones
propias del alto desarrollo intelectual. Vamos a arrojar las teorías al vacio,
lejos del mercado vendible de la práctica. Demos vuelta a la página.
Pretender cambio de un día a otro hace
ingenuo el pensamiento y la visión, por lo que confieso no ser diestro en esto
de crisis, tiendo a extenderme en mis locuciones escritas tratando de explicar
que no es asuntos de un día. Existe la ligera posibilidad de que se me confunda
con la gota de agua que cae repetidas veces, os exhorto a hacerlo así, pero
reflexionad en lo siguiente -Cuando una casa amenaza ruina o se hace
completamente inhabitable, lo que procede es derribarla, y no hay que pedir se
edifique otra sobre ella. Cabe, sí, edificar la nueva con materiales de la
vieja, pero es derribando antes ésta. Entretanto, puede la gente albergarse en
una barraca, si no tiene otra casa, o dormir a campo raso- (Miguel de Unamuno,
1907)
Los indignados protestarán el modelo
hasta volverse contra sí y si le recortan será un ojo de su cara porque así se
razona en los hemiciclos. Y escucharéis
por ahí que no es prudente atacar tu clase, entonces respondo ¿es conveniente
que tu clase te ataque a ti? Los dotos de razón no tienen clase, no se
encasillan. El enemigo de muchos es el mejor aliado de pocos. La
superficialidad carcome las decisiones producto del montaje de una falsa que
sin más suena el mazo ahuecado a favor de los intereses del pueblo minoritario.
La búsqueda de soluciones alternas a la crisis implica un cambio de
perspectiva, del modelo de procesamiento mental, lo que muchos han de interpretar
como conducta negativa, antisocial. Éste es el tipo de decisiones que han
provocado los grandes cambios en el mundo. Con esto no recomiendo la lucha de
poderes del estado, mas bien, oriento para que rompan el paradigma de un pensamiento límbico y desacertado que obstruye
la posibilidad de solucionar el debacle de la
economía española. Lo semejante esencial se busca y halla por sobre las diferencias de
detalle; y lo fundamental de los caracteres análogos se funde en los partidos,
aunque en lo incidental o en lo postergarle al móvil común difieran. (José Martí)
Es complejo ver muñecas a
alta velocidad, ignorar tragedias advertidas de pedofilia, pero esto ¿engrandece
lo civil de la guardia? La Pantoja sonríe ante la llamada “enmienda del presupuesto”, otro premio para Llosa mientras
los diálogos giran en torno a intereses partidarios. La venda de Bolinaga no
hace la diferencia, bienvenida libertad, esperamos la financiera antes del
cáncer. ¿A caso no es esto crisis del pensamiento? el rearme ideológico exige
una quinta estación que Montoro sitúa en 2013.
¿El
presupuesto más social de la democracia? ¿Y el anterior? La cifra se ha
reducido a simple ideología que no genera confianza en la población.
El debate debe ser originado por la
unidad del pensamiento profundo con el único objetivo de combatir la recesión,
aboliendo del seno político los comentarios y propuestas miméticas que solo
llevan a crisis de ideas.
¿Hacia dónde
vamos si no hay una exhumación del pensamiento correcto? al fracaso del ajuste
alternativo, de los recortes, a la continuidad de los diálogos falsos y unas
cuentas estales carentes de credibilidad.
Bibliografía
Ø Cerezo, P.
(1990), “El Ensayo en la Crisis de la
Modernidad”. Encuentros en
Casona de Verines. Pendueles (Asturias).
Ø Cervantes, M., “Don Quijote de
la Mancha”. Cap. XLVII, Del extraño modo con
que fue encantado don Quijote de la Mancha, con otros famosos sucesos.
Ø Martí,
J. (1981, 10 de enero), “Nuestra América”. La Revista Ilustrada de Nueva York.
Ø Sabogal, J.
(2010), “El Pensamiento Propio y los
Modos de Vida Alternativos”. Tendencias, Revista de la Facultad de Ciencias
Económicas y Administrativas. Universidad de Nariño Vol. XI. No. 1, 1er.
Semestre, páginas 117-130
Ø Unamuno, M. (1907, 6 de noviembre) “Mi religión y otros
ensayos”, 1910.Salamanca.
Ø Verdú, V. (2009), El
Capitalismo Funeral. Editorial Anagrama. Barcelona. Albert
Einstein, cita difundida por Internet. Pág. 9
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